Los fruteros lo supieron siempre, pero los matemáticos tuvieron que demostrarlo para creerlo. La mejor forma de colocar un montón de naranjas y que ocupen el menor espacio posible es formando una pirámide.
Aunque parece obvio, este problema fue formulado por Kepler hace cuatro siglos y no fue demostrado hasta 1998 por el matemático Thomas C. Hales de la Universidad de Pittsburg en Pensilvania.
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