¿Ves el triángulo negro? Pues la cuestión es que en la figura de la izquierda no hay dibujado ningún triángulo negro. Sin embargo, nuestro sistema visual interpreta la información que recibe y le da forma estableciendo hipótesis acerca de lo que tenemos delante.
Y es que nuestro cerebro es una incréible máquina de reconocimiento de formas, tan buena que a veces las reconoce donde no las hay.
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